lunes, 20 de junio de 2011

Vida inexistente.

No tengo una personalidad igual a la de los demás, no tengo una personalidad equilibrada, puedo llegar a ser un puto caso de bipolaridad extrema. He llegado a desistir de mi, a  abandonarme, y mandarme a mi mismo a tomar por culo, a pensar qué que coño quería y que coño hacía, sin escuchar respuesta alguna, sin saber que hacer ni saber que era lo que me convenía. Mi cabeza y mi corazón se des sincronizan a su antojo, parece que lo hagan a propósito, cuando más necesito que se unan, entonces es cuando no sé quien soy, que hacer en ese momento,  entonces es cuando desisto de mi y naturalmente caigo y entonces tengo que levantarme, solo, muy solo sin ayuda ninguna, es entonces cuando dejo de creer, querer, de soñar y amar. Es entonces cuando desisto de todo lo que tengo y pido un cambio de vida, una vida que ni yo ni nadie se merecería tener, entonces es cuando olvido todo. Lo peor de todo es que la gente aún se cree que soy feliz, que me gusta la vida que tengo y que me gusto a mi mismo, que me gusta tener la cabeza llena de tantos sentimientos distintos los cuales no puedo expresar, que vivo lleno de ilusión al ver la vida que tengo, se lo creen, aún se lo siguen creyendo…
Supongo que al no ser “equilibrado mentalmente” no entiendo las preguntas que me suelta la vida.


domingo, 19 de junio de 2011

Un reduerdo solemne.

Hoy volvieron a mí todos aquellos odiados recuerdos de los que tanto huí, hoy huí al bosque.
El bosque… el único lugar donde las lanzas de los recuerdos se esfuman entre las ramas, donde mi resentimiento es llevado por el viento y mi mente es despejada, aquí me aclaro, aquí soy yo mismo…Un lugar con mucha calma y sosiego, pero a la vez dinámico y muy agitado. Eso me gusta, me gusta mucho, me altera, me estimula, me excita. Me hace sentir bien en mis momentos afligidos y apenados.
Hubo un día en que fui muy feliz, mucho antes de sentirme tan retraído por los demás, cogí y me esfume a este sitio, ese día descubrí este bonito lugar, apartado de todo, este bosque tan descomunal, con su aroma a pino y con sus pajaritos que canturreaban sin ningún tipo de pausa. Me tranquilizaba tanto escuchar el canto de los pájaros,  y ver como se iba poniendo el sol detrás de esas inmensas montañas con sus pinos colosales, era como si nunca hubiera tenido responsabilidades, no tenia ningún tipo de estrés, no tenia que agradar a nadie, solo a mi mismo. Ese fue un gran día, por eso vuelvo aquí a mirar este extraordinario paisaje, y a olvidarme de la vida, a intentar solucionar los problemas, sólo quiero volver a ser como antes, volver a sonreír y a ser yo mismo.
Estoy aquí, sentado en una roca en medio de este enorme bosque, viendo de lejos como la luz de la ciudad se apaga, pero a la vez aumenta con las lucecitas de las farolas, pero no es lo mismo…
Caen gotas, chispea, cada vez más fuerte, pero me mantengo sentado en esta piedra rugosa. Empiezo a llorar sin darme cuenta, por el simple hecho de que mi vida no es como antes. Llueve cada vez más fuerte, las gotas de agua se mezclan junto mis lágrimas.
No merece la pena llorar ahora, los errores que he cometido ya han dejado huella, solo quiero volver a estar junto a esa persona que amé tanto, la persona que me hizo sentir emociones tan fuertes que me hizo ser yo mismo verdaderamente. De repente para de llover, y veo en una pequeña gota que cae de una hoja, se refleja una imagen, un recuerdo de cuando era yo y estaba junto a esa persona tan significativa para mí, estábamos sonriendo. Un momento tan importante pero sencillo a la vez. Me di cuenta de que no podía seguir más así, tengo que volver a ser yo mismo, tengo que decirle lo que es para mi, tiene que volver ha hacerme sonreír.
Dejo mi vida triste, apenada y acomplejada en este bosque, en este magnifico bosque.